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25 de enero de 2014

EN EL 500 ANIVERSARIO DE CAMAGUEY (Febrero 1514-2014}

Mi bello Camagüey


Camagüey, mi ciudad natal,  declarado Monumento Nacional en 1980, es una de las primeras siete Villas fundadas por los españoles en el siglo XVI, bautizada como Santa María del Puerto del Príncipe, fue proclamada oficialmente, por sus valores excepcionales como Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 2008.
Sobresalen sus vetustas y típicas construcciones coloniales, su enredado trazado urbano o la espontaneidad de sus plazas y plazuelas, encantos que desde siempre ha encerrado esta ciudad, acervo de tradiciones y costumbres asociadas a un rico patrimonio inmaterial.
Pienso que el carácter de los camagueyanos es  como su ciudad, abierta como sus plazas y cerrado y laberíntico como el trazado de sus calles y callejones.
Camagüey ha sido denominada tradicionalmente como la Ciudad de las iglesias o la Ciudad de los Tinajones.
El próximo 2 de Febrero celebra su 500 Aniversario de Fundada
Iglesia  La Merced y Plaza de los Trabajadores. Foto:Ismael Francisco/Cubadebate.
Iglesia La Merced y Plaza de los Trabajadores. Foto:Ismael Francisco/Cubadebat
Por ELDA CENTO GOMEZ
De la Oficina
del Historiador de la Ciudad

Asiste razón a quienes aseguran que los primeros pasos son los más difíciles.  Ese primer momento, esa primera voz, ese primer lugar, es siempre uno de los temas más arduos en la labor de los historiadores.
En particular el relativo al nacimiento de los primeros asentamientos poblacionales cubanos ha atrapado la atención de algunos estudiosos, quienes en el fondo esperan el descubrimiento del documento que, de alguna forma, de fe del acto fundacional como prueba concluyente que deje esclarecida la cuestión y les permita disfrutar de los festejos en el aniversario con el que finalmente tendrán que avenirse.






Vista de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Vista de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Lo cierto es que, casi a las puertas del quinto centenario de la fundación de las primeras villas en Cuba, estas parecen no encontrar aun las versiones que amparadas tras un cuerpo de rotundas pruebas, posibiliten mostrar un confiable panorama cronológico que permita dar por concluida la polémica existente acerca de un ordenamiento histórico entre ellas.
La  controversia creada entre las fechas de 1514 y 1515 para el caso de la actual ciudad de Camagüey ha resultado particularmente interesante.  La decisión de las autoridades locales de asumir la fecha tradicional del 2 de febrero de 1514 para los festejos oficiales por el aniversario de la ciudad dentro de la llamada Semana de la Cultura Camagüeyana, ha suscitado cuestionamientos, más notorios a partir de la celebración de su 490 aniversario en 2004.

Vista de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Vista de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Considero que esta polémica evidencia un trasfondo metodológico expresado en la preferencia del documento escrito sobre otras fuentes, criterio comprensible por el apego mantenido al positivismo en las investigaciones sociales en Cuba.  Por ello las ideas expresadas en este trabajo ponderan la connotación cultural del establecimiento de los españoles en el lugar, esto es, del fenómeno de la “ocupación del espacio”, criterio no necesariamente simultáneo al del presumible acto oficial de fundación de la villa.


Tejado camagüeyano. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Tejado camagüeyano. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
La memoria colectiva es uno de los pilares fundamentales de los análisis que desde siglos pasados se hicieron sobre el tema.  Entre otros autores, Tomás Pío Betancourt en suHistoria de Puerto Príncipe, publicada por vez primera en las Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana (1839), reconoce la fecha de 1514 porque: “La tradición confirma esa verdad, y nuestros ancianos refieren haber oído que esta población estuvo primeramente en el puerto de Nuevitas”.
Tomás Pío Betancourt debió consultar manuscritos generados en el XVIII principeño, cuyo paradero o destino final se desconoce, aunque Jorge Juárez Cano, en su obra Apuntes de Camagüey (1929) precisa la fecha de 1514 con el aval de un texto que parece tener a la vista, dada la prolijidad de la descripción del proceso ceremonial que, en analogía con otras villas, acompaña el acto de fundación.
Interior de la Catedral Metropolitana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Interior de la Catedral Metropolitana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Como paradoja a tanta precisión, el autor no referencia la fuente de la cual se nutre; hecho que a la luz de la historiografía contemporánea, se considera un fuerte talón de Aquiles dentro del campo científico, mientras, en los cánones que le fueron contemporáneos no era objeto de reparos especiales por tratarse de un proceder generalizado.
Entre los autores que sustentan la fecha de 1515, Fernando Portuondo en su Historia de Cuba señala que en el verano de ese año fue “erigida Santa María del Puerto del Príncipe, en comarca cuyos indios trataba el conquistador de apaciguar primero”.
El cierre de la polémica parecía estar logrado dentro de la historiografía cubana a partir de los resultados investigativos de la doctora Hortensia Pichardo, publicados por la Editorial de Ciencias Sociales en 1986 bajo el título La fundación de las primeras villas de la Isla de Cuba.  Pichardo contrasta en cada caso la revisión historiográfica del tema con documentos atesorados en el Archivo de Indias y, de manera casi absoluta, concluye que la fundación de la actual ciudad de Camagüey debió producirse a finales del mes de junio o principios de julio de 1515.

Iglesia La Merced. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Iglesia La Merced. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Pese a considerarse que “esta obra, con su detallado rigor científico, permite subsanar errores de fecha y lugar con respecto a la fundación de las primeras villas cubanas”, como sus antecesoras, no sobrepasó el campo de las hipótesis, en tanto tampoco contó con el expedito documento de fundación para validar sus conclusiones, en el caso de Puerto Príncipe.
Sin embargo, ya sea por la falta de recursos para ahondar en estudios de esta magnitud, o el respeto académico a la exhaustiva labor de dicha autora, la tesis de Hortensia Pichardo se convirtió en paradigma para los historiadores locales durante la década del 90, quienes, desde la entonces Sección de Investigaciones Históricas del Comité Provincial del PCC, principalmente a partir del libro Camagüey y su Historia, asumieron como válida la presunta fecha de 1515 con la consiguiente y difícil tarea de actualizar las afianzadas tradiciones de los habitantes desde siglos pasados.

Aguador, escultura de la artista Marta Jiménez ubicada en la Plaza Del Carmen. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Aguador, escultura de la artista Marta Jiménez ubicada en la Plaza del Carmen. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
¿Cuáles son los argumentos que, para determinadas lecturas, sustentan la duda con relación a la fecha de 1514?  El primero, que Diego Velázquez en su Carta de Relación de 1º de abril de 1514 no mencionó la existencia de la villa del Puerto del Príncipe refiriéndose solo a la fundación de Baracoa, Bayamo y Trinidad; mientras que el 1º de agosto de 1515 informó la existencia en la Isla de siete iglesias.
En segundo lugar, la afirmación relativa a que esta villa era la “que estando yo allá querían hacer”, hecha por el padre Las Casas —quien partió de Cuba en julio de 1515— en el conocido como Memorial de los Remedios.  
Esos son los márgenes documentales en los que se sustenta la conclusión de la Dra. Pichardo: “Con las referencias ofrecidas hasta ahora, es decir, la certeza de que el 1º de agosto de 1515 se hallaba establecida la villa de Santa María de Puerto Príncipe, y no lo estaba en el mes de
junio, según testimonio del padre Las Casas —aunque se había pensado en hacerlo—, puede localizarse su fundación a finales del mes de junio o principios de julio de 1515”.

Plaza Del Carmen. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Plaza del Carmen. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
 Es muy interesante que en su texto la autora valide la prevalencia de la “ocupación del espacio” en este proceso fundacional cuando asegura que: “Debe entenderse que al hablar de fundación solo nos referimos a la elección de un lugar determinado, en el cual se ha trazado el centro del núcleo urbano con el señalamiento de la plaza, el solar para la Iglesia y demás edificios oficiales, y al cual se le ha dado un nombre.// Para que el pueblo así iniciado se convierta en una villa han de pasar meses durante los cuales los indígenas comarcanos levantarían las viviendas, los edificios oficiales y realizarían las siembras para el abastecimiento de los pobladores”.

Casa Natal de Ignacio Agramonte. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Casa natal de Ignacio Agramonte. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
El estudio de la fundación de Nuestra Señora de la Asunción es muy ilustrativo para el caso que nos ocupa, pues durante años se creyó que este acontecimiento había ocurrido en 1512, en lógica correspondencia con la fecha de 1511 como la de inicio de la conquista de Cuba.  
Rectificada esa tesis y situada esta hacia mediados de 1510, Hortensia Pichardo, contraponiendo la fecha de 1512, señala que: “no es posible admitir que Diego Velázquez permaneciera más de año y medio sin establecer una población donde asentarse y organizar su gobierno, lo cual permite suponer la fundación de Nuestra Señora de la Asunción a finales de 1510 o principios de 1511”.  


Iglesia La Soledad. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Iglesia La Soledad. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Un matiz particular dan a los análisis sobre el nacimiento de esta población Estrella Rey y César García del Pino cuando señalan que: “Aunque la elección del sitio data de finales de 1510, o principios de 1511, su transformación en villa, con todas las regulaciones que para ello existían, se produjo algo después”.  De este modo estos autores reconocen la idea de un proceso fundacional —entendido este en buena medida como de comprobación de la viabilidad de la elección—, donde la ocupación del espacio tiene una importancia determinante.



Vista de una calle de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Vista de una calle de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Parecida apreciación realiza la Dra. Pichardo en el caso de Trinidad al afirmar que el 10 de febrero de 1514 esa villa “estaba en vías de fundación”.  
Las más antiguas referencias localizadas hasta la fecha del Puerto del Príncipe —sustentadoras del criterio de su existencia como asentamiento poblacional hispano—, se deben a Diego Velázquez, en carta enviada al rey el 16 de diciembre de 1514 y cuyo contenido se infiere de la real cédula de 2 de agosto de 1515, donde el monarca da respuesta a la misma: “Decís como llegaron al puerto del Príncipe ciertos españoles y dijeron que quedaban otros compañeros suyos en las yslas de los yucayos sin proveimiento alguno”.
Si en la referencia al punto costero, este es asumido solo como un mero accidente geográfico ¿a quiénes dijeron entonces los “ciertos españoles” la noticia de que había compañeros suyos en aprietos en las vecinas islas de las Bahamas?, ¿a quiénes pidieron una ayuda, a todas luces urgente? El texto no sugiere la llegada a un lugar deshabitado, tal vez sí, el arribo a un lugar insertado en una logística defensiva.  

Bicitaxi en calle camagüeyana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate
Bicitaxi en calle camagüeyana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate
 Con respecto a este posible primitivo asentamiento de Puerto Príncipe, Marcos Tamames llama la atención sobre que: “El asentamiento poblacional en el Puerto del Príncipe hubo de responder al proyecto de factoría comercial y, en alguna medida —teniendo en cuenta la fecha, próxima a 1513—, a una logística de defensa, bajo el principio de consolidación del territorio. Desde el punto de vista urbano, se debió tratar de un asentamiento como La Isabela, en 1494, o Santo Domingo, en 1496; […] un enclave comercial con funciones específicas, entre ellas las de colectar oro y otros productos exportables; producir alimentos para autoabastecer la factoría o defender esta de cualquier contingencia militar o climática”.


Mural en parquecito Camagüeyano.  Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Mural en parquecito camagüeyano. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
.De gran relevancia es —en la ya citada real cédula— otra referencia, en este caso más a la región que al puerto pero que dimensiona la posible proyección de este como centro de poder: “De la pacificación de la provincia de Camagüey he holgado mucho y el hacer de los caminos es bien y de salir tan buenas las minas como decís y de todas las otras buenas nuevas que de esa isla escribís he habido mucho placer”.


Distribución de parqueo.  Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Distribución de parqueo. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
La importancia de la pacificación de los indios queda fuera de toda duda, pero amén de la violencia —nunca eliminada, pero sí más frecuente en los primeros tiempos—, su instrucción en la fe católica resultaba un factor clave en ese proceso, entonces: ¿dónde residía el personaje religioso, al menos uno, que adoctrinó a estos hombres y mujeres?  



Estatua al Mayor Ignacio Agramonte.  Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Estatua al Mayor Ignacio Agramonte. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Una Memoria —objeto de inspección en las visitas de la alta jerarquía eclesiástica— del presbítero Antonio Miró, fechada en la segunda mitad del siglo XIX, titulada “Refracciones y aumento en dos naves de la Iglesia Mayor de Puerto Príncipe” contiene, además del gasto de toda la obra y las incidencias ocurridas, una historia de este templo.  En ella se afirma: “no obstante contener en su seno todas las cenizas de todas las personas que fallecieron en esta ciudad desde el año de 1513 hasta el año de 1814.  Este lugar [roto] la 3ª del Arzobispado (después de Baracoa y Bayamo) y por tres siglos el cementerio de tantos siervos de Dios, nuestros predecesores”.


Casa de la diversidad cultural. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate
Casa de la diversidad cultural. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate
La fecha de 1513 mencionada por Antonio Miró remite a la posibilidad de un asentamiento, que además de otras funciones, pudo haber sido centro catequizador de la población aborigen y cuyos resultados pudieron ser los expuestos por Velázquez en su carta al Rey.  Puede esgrimirse que no se conservan lápidas u otras inscripciones de 1513, lo aseverado era del conocimiento del clero y se mantuvo en la memoria colectiva.
Sucesivas refracciones las pueden haber retirado.  En este caso es muy interesante que se hable de 1513 y no de 1514, puesto que tal data pudiera sugerir cierta contaminación de la fuente ante la fecha de la fundación preservada por la tradición.  No cabe duda de que la palabra del padre Las Casas es un fuerte basamento para la consideración de la fundación de la villa en 1515.  En el Memorial de los Remedios expresó:


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Campanario de la Catedral.  Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Campanario de la Catedral. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Y así mismo que en la isla de Cuba, en la provincia de Yumaysi, al puerto que se llama del Príncipe, que es casi en el medio de la isla, tierra muy buena y de mucha caza y pescado, y de toda manera de comida abundosa, vuestra reverendísima señoría mande que una villa de los españoles, que estando yo allá querían hacer, que si no se ha hecho, que las hagan en un llano muy grande de más de diez leguas, que se llama allá sabana, que estará del dicho puerto, donde desembarcarán cinco o seis leguas […]


Lector de periodico. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Lector de periodico. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
De los comentarios de Las Casas salta a la vista una pregunta ¿quiénes habían pensado fundar la villa, el Rey o los habitantes hispanos que ya poblaban el espacio?  
El sacerdote recomienda, incluso, el establecimiento de un monasterio con media docena de frailes dominicos o franciscanos, los que allí deben ser provistos de comida y “de lo demás que á sus ánimas y cuerpos fuere necesario, la cual casa vuestra reverendísima señoría mande que se haga, y al presente provea con cierta labranza que en el dicho puerto del Príncipe, en nombre de la Corona Real se ha hecho, la cual allí no aprovecha nada y aprovechará para esto mucho […]”.
¿Existía entonces en el Puerto del Príncipe una de las haciendas asignadas a la Corona?  ¿Quiénes la cultivaban?  ¿Desde cuándo estaban allí?  Al admitir la existencia de siembras, debe ser aceptada la idea de que allí vivían personas que se encargaban de ellas y que estaban obligadas a satisfacer contribuciones, que podían tornarse difíciles de cumplir por un posible déficit en la producción de oro y la no obtención de mejores cosechas por la mala calidad de los suelos y la falta de agua potable, lo que puede ser una válida explicación a la afirmación “allí no se aprovecha nada”, o sea, no se lograban las utilidades esperadas.  


Tinajón Camagüeyano. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Tinajón camagüeyano. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
Tales evidencias no podían dejar de ser tenidas en cuenta por la Dra. Pichardo, quien reconoce —en contradicción con algunas de sus reflexiones— la posibilidad de una “primera fundación […] en las cercanías del puerto de Nuevitas, donde debió subsistir por muy poco tiempo”.
¿De qué fecha sería esa “primera fundación”? ¿Por qué no considerar, al menos, que la del Puerto del Príncipe —en proceso similar al admitido para Trinidad— estaba en “vías de fundación”?  En su misión de “remediar” los problemas, el padre Las Casas lo que está sugiriendo es el traslado de un asentamiento que había sido, tal vez, fruto “de la espontaneidad y [que] posiblemente no pasara de una gran empalizada como construcción defensiva”; hacia un lugar con mejores condiciones para una vida sedentaria, lo cual no presupone una ruptura de los vínculos con el asentamiento original.
  

Patio Camagüeyano. Foto: Ladyrene Pérez/Cubadebate.
En este sitio sus habitantes, posiblemente, esperaban ser reconocidos oficialmente como villa, carencia que tal vez los haya mantenido invisibles para las miradas oficiales, que por demás preferían estos prístinos asentamientos en la costa sur.  Es evidente, entonces, que el sacerdote alude al segundo emplazamiento, el que eligió territorio del cacicazgo de Caonao y cuya ubicación tampoco ha podido ser localizada hasta la fecha.  

Adoquines, en calles del Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Adoquines, en calles del Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
En 1876 el erudito español Miguel Rodríguez Ferrer—reconociendo como su fuente a un “señor Latorre”— ubica a Caonao a unas 8 ó 9 millas al noroeste de Puerto Príncipe.  Existen pues elementos que nos permiten sustentar la idea de que el poblamiento español en tierras de Camagüey en 1514 es un hecho que alcanza una determinada connotación cultural, y que debe ser visto con un prisma más dilatado que el del mero acto fundacional.



Casa de la Cultura. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Casa de la Cultura. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Las ciudades son un organismo vivo: nacen, crecen y mueren.  Como todo nacimiento puede escaparse a los controles, pero de cualquier forma se produce una sola vez.  Las Casas sugiere su fundación en la sabana relativamente distante del mar, entonces, de admitirse este asentamiento mediterráneo como el primigenio, debe atenderse la marca dejada por su emplazamiento costero, marítimo, que tiene otras huellas indelebles en el campo de la cultura: “¿Qué razones habría para colocar la villa bajo el amparo de la Virgen María en su advocación de la Candelaria, tradición que perdura, incluso en la actualidad?”

Detalle del monumento a Ignacio Agramonte. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Detalle del monumento a Ignacio Agramonte. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
La Candelaria es virgen venerada en muchas ciudades marítimas.  Admirada por los marineros es considerada la Patrona de las Islas y descrita de forma muy cercana a las figuras indígenas por lo que pudo ser fuerte asidero en el proceso evangelizador, en la “pacificación de la provincia de Camagüey” reconocida por Velázquez antes de finalizado el 1514.
La Candelaria se destaca, según Dulce María Loynaz por: “Su color […] moreno y encendido; sus ojos grandes y almendrados; el cabello, tendido por la espalda, la trenza en seis ramales”.  Es muy posible que su primera fiesta se celebrara en 1514 y de allí la efeméride de la fundación que cada año celebran los camagüeyanos el 2 de febrero.
Las chismozas esculturas de la artista Marta Jiménez ubicada en la Plaza Del Carmen de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Las chismosas esculturas de la artista Marta Jiménez ubicada en la Plaza Del Carmen de Camagüey. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
De modo tal que ya en el siglo XXI, la historiografía cubana no ha develado aun el misterio que envuelve la fundación de algunas de las primeras villas y en consecuencia sus moradores e historiadores se debaten entre las heredadas tradiciones y los resultados académicos.  ¿No sería de mayor connotación cultural respetar aquello que tiene mayor peso en la formación de la identidad?
Ventana Camagüeyana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Ventana camagüeyana. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Desde aquel lejano 2 de febrero de 1514 ha pasado mucho tiempo, el referente a la “fundación” es cada vez más lejano.  Pocas personas recuerdan ese día a Diego Velázquez, muchas menos a Vasco Porcallo de Figueroa, pero todas rememoran a Ignacio, a Amalia, a Guillén, a Casas Romero, a Finlay, a González Allué y exhiben con orgullo sus tinajones, sus patios sombreados, las torres de sus “iglesias torrenciales”, la austeridad de sus fachadas, la elegancia de sus mujeres y con su tradicional hospitalidad acogen a quienes vienen a acompañarlos en su fiesta, a quienes vienen a sentir la magia del ser camagüeyano.  
Por eso, más allá de la polémica de la fecha saludemos el nacimiento de un pueblo infinito.

1 de enero de 2014

ENTRE LA VIDA Y LAS LETRAS (Entrevista)

Con la poetisa camagueyana Elsa Morales Naranjo he llegado a un total de diez personalidades de la literatura residentes o no de la  Isla de Cuba, que han sido entrevistadas en esta saga titulada ENTRE LA VIDA Y LAS LETRAS.

En mis Palabras necesarias,  digo lo siguiente:
Sí, se hacen necesarias, hoy más que nunca, estas palabras para comprender que los escritores cubanos, (en este caso, escritoras) al margen de prejuicios ideológicos, unan sus ideas en aspectos tan importantes como la confraternidad, la importancia de la unidad y enriquecimiento de la poesía cubana en el universo literario y la necesidad de sobrevivir por encima de conceptos e ideas que alguna vez dividieron la armonía de los intereses comunes en dos formas de SER Y ESTAR, de escribir y de sentir las raíces de la cubanía, siendo una sola la historia de la Patria.
Y planteo más adelante:
En pos de estos interesantes y a la vez modestos objetivos me he propuesto hacer algunas preguntas, (las mismas), a escritoras cubanas que han decidido vivir fuera o dentro de la Isla de Cuba.
Y aclaro:
En sus respuestas, estas mujeres que hablan de ensueño, de la esencia de ser de la poesía su importancia como tal en el enriquecimiento de la Nación Cubana, hay una equilibrada actitud de cubanía a pesar de que su salida de Cuba de alguna de ellas, acaeciera en los años tempranos de su infancia.
La nostalgia por su casa natal, las calles por donde alguna vez caminaron, los parques donde el viento revolvió sus cabellos, todo, recubierto como por una cáscara de brumas por ese “limazo” que aturde la memoria y la realidad de los años idos, pervive de manera fantástica en sus voces y sentimientos.
Y culmino planteando:
Pero la Literatura Femenina, esta que nos vocea su fuerza telúrica, realizada aquí o allá, no importa dónde, tiene su fundamento en las raíces de quienes la aprecian, la enriquecen y hacen grande. Por tal motivo estas voces presentes, hacen valedera la importancia de una pronta reivindicación de los valores sustanciales del acercamiento de quienes en definitiva no hemos creado el mundo pero sí podemos hacerlo mucho mejor.
POETISAS Y ESCRITORAS ENTREVISTADAS HASTA EL 31 DE DICIEMBRE 2013
 Imágenes integradas 1

Aimé González,  residente en Brasil/ 4
Mariana Pérez, de Santa Clara Cuba/ 7
Alina Galliano, residente en N. York, EUA/ 10
Yamilka Noa, residente en Costa Rica/12
Juana Conejero, Habana Cuba/ 14
Graciela Guerrero, de Las Tunas Cuba/17
Odalys Leyva, de Guáimaro Cuba/ 21
Tania Ma. Cabrera P, residente en España/ 25
Josefina Ezpeleta residente en  Miami-EUA/ 27
Elsa Morales Naranjo, Camaguey, Cuba/ 30

ENTRE LA VIDA Y LAS LETRAS.


Por Ernesto R. del Valle.                                                                                (ENTREVISTA)


Llega a la saga de estas entrevistas ENTRE LAS VIDA Y LAS LETRAS, la poetisa y escritora cubana, guajira reyoya de Camaguey, Elsa Morales Naranjo. Una mujer que desde los años duros (léase década del 60 y del 70) realizó un trabajo de promoción cultural y literario. De esa época nos conocemos y conocemos su carisma emocional, su simpatía, modestia y como tantas mujeres, conversadora hasta los codos. Elsa Morales se encuentra de visita en New Jersey. y aproveché la oportunidad para invitarla a la entrevista. Accedió de buen gusto y aquí tenemos sus respuestas 

ERNESTO R. DEL VALLE.- ¿Alguna obra publicada? Háblame de la que más te ha gustado.
ELSA MORALES NARANJO.-Tengo publicados solo dos libros, “Caballito” de Poesía para Niños, el cual fue  Premio de la Ciudad (1999) y de la UNEAC (2001) y “Del Camagüey Legendario al Bayamo Redentor” de tradiciones, publicado en (2012) Premio Nacional  3 de Diciembre y Rubén Martínez Villena en (2008).  He sido antologada  en el libro Poesía camagüeyana  (2003) y en la antología para niños del Centro  del Perú, Huancayo “Brumas infantiles” (l998). En el blog “Synergos” que dirige el poeta Roberto Manzano y en múltiples tabloides y revistas. De los libros publicados ambos tienen para mí un profundo legado sentimental,    pues “Caballito” está dedicado a mi niño fallecido en l981 y el libro de tradiciones “Del Camagüey legendario al Bayamo Redentor”, posee pasajes que tocaron profundamente mi alma, vivencias de hechos históricos, patrióticos y místicos.
Tengo varios libros inéditos de poesía de amor y de poesía para niños, también otro de poesía  “Ascensión” y uno de tradiciones titulado “Lo real maravilloso en las tierras de Morón”   

ERDELVALLE.-  ¿Piensas que la Literatura Femenina Cubana (la de dentro o fuera de la Isla) es toda una o se diferencia en su esencia interior, en su fuerza o la vivencia de su autor?
EMN.-  Aunque he leído muy poco de la Literatura Femenina Cubana publicada fuera de la Isla pienso que es   toda una  con las diferencias propias de la naturaleza interior de cada autora, sus ideas y su estilo, que en muchas ocasiones emana de su expresividad, su fuerza espiritual  y de  las vivencias  de cada una de ellas.

 ERDELVALLE.-  ¿Puede hablarse de desarrollo de la Literatura Femenina Contemporánea en Cuba? ¿Conoces de ejemplos?
EMN.-  Hay múltiples ejemplos de la Literatura Femenina en estos momentos en Cuba. Las nuevas generaciones de cubanas han seguido y ampliado el diapasón de las generaciones anteriores. Me atrevería a asegurar que no hay pueblo en Cuba que no posea una escritora edita o  inédita de gran valía. Fui por veinte años asesora del Taller Literario “Raúl González de Cascorro” en la Universidad Médica “Carlos J. Finlay”, en Camagüey, y allí confluyeron jóvenes muy inspiradas,  inteligentes y diestras en el oficio de escribir, entre ellas, Yunexis Novalbo Aguilera y Marlene Pérez Mateo, de Camagüey, la última  actualmente en  Elisabeth, New Jersey. De esa misma generación es también    Legna Rodríguez Iglesias, todas ellas galardonadas en múltiples certámenes.  De generaciones anteriores están  Mariela Pérez Castro, Oneyda González, Niurkys Pérez y otras muchas. Al igual que en Camagüey las hay  en otras poblaciones de la provincia como en  Nuevitas y en Guáimaro donde  existe un movimiento enorme de mujeres poetas y decimistas encabezado por Odalys Leiva Rosabal.  Y eso es solo ejemplificando   la provincia en que vivo, pero  desde Pinar del Río hasta Oriente, el movimiento de escritoras femeninas es apreciable. Si las mencionáramos a todas haríamos interminable el listado.  Mencionaré solo algunas escritoras sin tener en cuenta la generación, pues las hay tanto mayores como jóvenes: en Pinar del Río Nersys Felipe una joya de la Literatura para Niños, en  la   Capital, Reina María Rodríguez, Lina de
Feria, Marilyn Bobes e  infinidad de ellas, en  Matanzas, Carilda Oliver Labra, en Sancti Spíritus  Liudmila Quincoses con su proyecto Escribanía Dolls y así hasta llegar a la provincias orientales que no se quedan atrás, pues Victoria de las Tunas, Holguín, Manzanillo y Santiago de Cuba cuentan con un caudal de escritoras. En muchas  Ferias del Libro salen antologías de escritoras cubanas de cuento y poesía.  Considero que la riqueza de la obra femenina  en Cuba es muy amplia  y variada
,  porque la elevación de los niveles académicos y los Talleres Literarios  han hecho posible el enriquecimiento del arte de escribir  en la mujer de hoy. Lástima que mucha de esta valiosa obra esté aún inédita.    

ERDELVALLE.-  Piensas que tu desarrollo literario se debe al lugar en que resides o a tus raíces esencialmente cubanas?
EMN.-  Mi desarrollo literario se debe a múltiples causas, a diferentes aristas que han confluido en mí ser. En primer plano a mi vocación artística: desde pequeña sentí la necesidad de expresarme mediante la escritura. Me aprendía cuanto poema había en los libros de lectura que toque con mis manos de niña y sentía la necesidad de declamarlos para darlos a conocer a otros.  Siempre fueron una atracción las décimas que componía mi padre y las controversias mediante cartas que se realizaban entre  mi tío Andrés Morales González-Arena y mi padre Francisco de Asís,  Panchito, como le decían sus catorce hermanos. Luego el conocimiento de la Literatura Cubana y esencialmente de todos los románticos del siglo XIX, que se acercaron tanto a mi espíritu, de ellos bebí y en especial de Luisa Pérez de Zambrana  que tanto penetró en mi alma con su poesía hondamente femenina. Mas tarde la vinculación estrecha con la Literatura Latinoamericana  y la  Literatura Española y su poesía entrañable. Siempre me preguntaba por qué ese gusto por la poesía de  Federico García Lorca, sencillamente mis antepasados por línea paterna procedían de las tierras de Andalucía.
Por consiguiente puedo decir que mi desarrollo literario se debe a mi vocación  y a las raíces españolas y cubanas de las cuales tengo un legado maravilloso.  

 ERDELVALLE.-   ¿Las razones de estar o no estar en Cuba, a pesar de todo lo dicho, escrito y visto durante todos estos años, cohíben a un autor a escribir libremente, de manera objetiva y racional?
EMN.-  La propia Historia da respuesta a esa pregunta. Los  que sienten la Literatura como una expresión del ser y son hombres honestos que tienen como principio su verdad  no pueden ser cohibidos por los cambios de lugar y eso se ha comprobado en el siglo XIX, en el XX y en el XXI. Escribieron poesía patriótica Plácido, Luisa Pérez de Zambrana sin salir de Cuba  y la escribió José María Heredia, Gertrudis Gómez de Avellaneda, José Martí y Bonifacio Byrne  en otras tierras y esto sigue ocurriendo. A veces el cambio de lugar espolea los sentimientos y los hace más vívidos, brota entonces la nostalgia y  la añoranza que alimentan las raíces. Solo un ser sin alma y sin sentimientos  puede apartarse completamente  de la tierra en que nació y creció.

 ERDELVALLE.-  ¿Estás de acuerdo a cualquier indicio de Unidad entre los escritores cubanos de dentro o fuera de la Isla, en igualdad de condiciones, en cuanto al derecho de escribir?
EMN.-  Claro que sí, sería maravilloso ese vínculo de hermandad “con todos y para el bien de todos” como decía nuestro Apóstol, por ello luchó. Vale la pena que todos colaboremos para conseguirlo.

ERDELVALLE.-  Hemos estado al tanto de los diferentes intentos habidos por la parte cubana, de establecer relaciones e incluso, colaboraciones de los escritores cubanos en general que viven fuera de la Isla, en Cuba el colega Jorge Bousoño, en su Foro ALAS DE CUBA, al igual que la Revista Guatiní, en Miami, mantienen, este objetivo, publicando a escritores y poetas cubanos, no sólo residentes en Estados Unidos sino en todo el mundo. Y no somos los únicos.
¿Estarías dispuesta a formar parte de un encuentro en el que asistan poetisas y escritoras de la Isla o fuera de ella, sea en Cuba o fuera de Cuba?
EMN.-  Claro que sí, sería muy hermoso unirnos todas como deseaba José Martí,  el Apóstol de nuestras libertades.
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ERDELVALLE.-  En Cuba hay nombres que nos llevan a la ensoñación como por ejemplo oír la palabra aguacero:
¿Qué te llega a la mente al mencionar estos nombres?
YAGUA, la casa de Julia, la  más pobre y limpia.
 AJIACO, ricura, casa de guano.
YUCA,  mojo, puerco asado, congrí, Nochebuena
MELCOCHA, impaciencia, boca echa agua, dulzor.
PORRÓN, agua fresca, campesino. 
COLIBRÍ, revoloteo intangible.
GUATEQUE, cubanía, unión, baile, alegría.

ERDELVALLE.-  Finalmente, ¿qué le dirías a las jóvenes generaciones de cubanas que comienzan el difícil ejercicio de escribir?
EMN.-  Adelante hermanas, lean y escriban mucho,  plasmen los pensamientos, las vivencias y lo sensible  en el papel y dilatarán el ser para hacer posible una comunicación sutil y grandiosa que encumbra el alma,  enaltezca al espíritu y nos llene de paz y amor.

ERDELVALLE.- Gracias por tu tiempo estimada colega. .- Recibe mi abrazo y agradecimiento por aceptar esta invitación.

EMN.-  La distancia y el tiempo lo ha inventado el hombre. Día llegará en que estas dimensiones sean vencidas por la capacidad del ser humano y  el sublime sentimiento del Amor. Un abrazo fortalecido desde la tierra de los  tinajones.