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24 de junio de 2016

V CONCURSO NACIONAL DE DÉCIMAS TODA LUZ Y TODA MÍA 2016:

El colega Pedro Péglez me hizo llegar la siguiente noticia.:


PREMIO DÉCIMA ESCRITA POR ADULTO: ALEXANDER JIMÉNEZ DEL TORO (LAS TUNAS).

PREMIO DÉCIMA ESCRITA POR UN ESTUDIANTE PREUNIVERSITARIO: ARGEL CARRAZANA ROSABAL (SAN JOSÉ, COLOMBIA, LAS TUNAS)

PREMIOS COLATERALES:
PREMIO UNISS (OTORGADO POR LA UNIVERSIDAD JOSÉ MARTÍ) TERESITA MABEL SAINT ESTEBEN DE FARMIÑÁN (ARGENTINA)

PREMIO DÉCIMA AL FILO: NURIA BÁRBARA FERNÁNDEZ PEÑA (PUERTO PADRE, LAS TUNAS)

PREMIO SOLIDARIDAD: ERNESTO RODRÍGUEZ DEL VALLE (EUA)

PREMIO ALA DÉCIMA: HENRY RODRÍGUEZ BORJAS (LAS TUNAS)

Extensión de premiaciones, Ala Décima junto a Toda luz y toda mía junto, día 3 de julio, en El Catauro, dentro de la Jornada Cucalambeana, Las Tunas.

No tengo las obras ganadoras pero voy a exponer la que envié al concurso y resultó ganadora.


TODA LUZ Y TODA MÍA


Me llega toda su esencia
por el lado de la lluvia
mientras la tarde me enrubia
el afán por su presencia.
¡Octosílaba cadencia!
¿Qué tan alto volaría
un ala de la poesía
huyendo del pentagrama
para ser ardiente llama,
«toda luz y toda mía»?

Así define verdad,
aclara el vasto misterio
de su magno magisterio,
su realeza y majestad.
Así va a la claridad
gestora de cada día
dejando atrás la agonía
de crepúsculos y auroras
y aparecer con las horas,
«toda luz y toda mía».

Así, luciendo su traje
como todo ciudadano,
un verso pende del guano
rural, con otro equipaje.
Y se me pierde en el viaje,
se fuga a toda porfía,
me deja la poesía
vestida en flor y donaire,
respirándola en el aire,
«toda luz y toda mía»

.Luego aparece con sus
diez versos en la guitarra
porque el guateque le amarra
un versículo de luz.
Es la décima en la cruz
de un pie forzado.
Diría
que siento la cubanía
crecer  con tal nitidez
que la décima ya es
«toda luz y toda mía».

Es que  Espinal, finalmente
va en los labios campesinos
con polvo de los caminos
y en tonada diferente.
La décima es la regente
de mi ISLA, más diría,
que en el aire yo podría
respirar su exquisitez
«diferente cada vez»,
«toda luz y toda mía».

II
Regresa de madrugada
bajo la blanca neblina,
un sinsonte «arremolina»
su trino por la cañada.
Yo la presiento en la almohada
venir con la timidez
que le sonroja la tez.
Llega, de clave y maraca,
con su «bohemia» en la resaca:
«diferente cada vez».

La décima es pasajera
del ala o la montura,
cuando vuela, toma altura;
si cabalga, es bullanguera.
Es amante de cualquiera
que sienta con nitidez
la pasión, la madurez
en el alma del poeta
y con su luz arremeta,
«diferente cada vez».

Ya tarde un verso remienda
su magia para el futuro,
octosílaba seguro
para la nueva contienda
musical.
               Ya está la senda
abierta y, en su avidez,
de grandeza y pequeñez
no olvida ser como el  güiro
y el triple de su guajiro,
«diferente cada vez».

Por el camino rural
La décima siempre fluye
como una chispa que huye
en busca del manigual
porque es en el matorral
que engrandece su esbeltez
y pierde la palidez
del hermoso coralillo
que crece  en cercas y trillo
«diferente cada vez».

La décima va al bohío
tras correr por la llanura
porque ese correr le cura
ansias de libre albedrío.
Es la décima  ese río
que no oculta su vejez
Es de la hoja el envés
cuando su esencia latía,
«toda luz y toda mía,
diferente cada vez».