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28 de junio de 2012

AHORA QUE SE ESTA CELEBRANDO EL SAN JUAN CAMAGUEYANO

El San Juan Camagüeyano
Se introdujeron nuevas iniciativas en los barrios: la quema de San Pedro (un monigote con el que se ponía así fin a los prolongados festejos que duraban más de quince días).
En el siglo XIX las fiestas fueron adquiriendo características tradicionales, lentamente tomaron vida propia y dejaron atrás su motivo inicial, las ventas del ganado. Ya en este período aparecieron los disfraces, entre ellos el "mono viejo"—muy camagüeyano – remedo de los diablitos abakúa que no brotaron en el Camagüey. Los esclavos del Príncipe, como es sabido, eran primordialmente de procedencia conga.
BREVE HISTORIA DEL SAN JUAN
Las tradicionales fiestas del San Juan comenzaron en Puerto Príncipe entre los años de 1725 y 1728. Guardaban una estrecha relación con el mes de junio, fecha en que los criadores de ganado traían a la ciudad sus reses gordas para las ventas anuales. Con ellos venían los peones o vaqueros en sus briosos potros. Surgieron las carreras anuales.
Las fiestas se extendieron, incluyendo el 24 de junio, día de San Juan, que en España y otros lugares se dedicaban a fiestas populares. Esto le dio el nombre.
Antecedía a estos jolgorios la festividad católica del Corpus Christi, con su solemne procesión.





entoldaban las principales calles de Puerto Príncipe, por ser esta efemérides movible en el calendario católico y con los años comenzar los festejos en el Corpus y proseguir, sin interrupción, en el San Juan, se hizo necesario la aparición del llamado "Bando del San Juan", dictado por el Cabildo, con el que quedaban delimitadas ambas actividades.
Hubo una época llamada de "San Juan a caballo", según el "Lugareño", Cisnero Betancourt, de bromas y juegos de mal gusto que denigraban la que ya era ciudad desde 1817, paulatinamente los festejos fueron tomando característica de típico carnaval con la aparición de las carrozas en las que desfilaban las jóvenes más hermosas de la ciudad acompañada por sus galanes.
En el orden musical aparecieron las rumbas, las comparsas, introducidas de fiestas de otras localidades, muy en particular del carnaval habanero. Quizás el aporte más importante lo constituyeron las congas, agrupación rítmica con estructura muy camagüeyana. Estas aparecieron muy tardíamente, en los años treinta del pasado siglo, a ellas contribuyó el folklorista Antonio Izaguirre al crear la agrupación "La Arrolladora". Su formación, basándose en tambores de barriles y campanas, seguía los toques monorítmicos de una banda militar.
Con los años se incorporaron nuevas modalidades. Jóvenes hermosas a caballo, carretas adornadas, enramadas en plazoletas, paseos de las beldades locales en carruajes y volantas fueron enriqueciendo la fiesta. Los tiempos modernos incorporaron al San Juan camagüeyano los vehículos automotores, las carrozas, las comparsas y las congas.
De todas las ferias y fiestas que existieron, solo el San Juan ha sobrevivido al paso del tiempo. Fiesta nacida del alma del pueblo que, pese a los cambios que imponen los años, seguirá siempre en el corazón de los camagüeyanos.




Por Miguel Febles Hernández. Foto: Isvan, Cano Hidalgo.
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La historia del surgimiento del ajiaco camagüeyano merece contarse.
Coincidiendo con el mes de junio y con la temporada de lluvias, llegaban a la Villa de Santa María del Puerto del Príncipe -hoy Camagüey- numerosos hacendados y multitud de vaqueros para traer, comprar o intercambiar ganado, pieles y carne salada.
A veces la lluvia o la larga espera motivaba la permanencia de la tropa por muchos días, por lo que las familias criollas ofrecían fiestas a parientes o amigos recién llegados, oportunidad en que se aprovechaba la celebración de San Juan el día 24 
Diversos callejones y calles improvisaban sus guateques para la peonada, adornados con pencas de cocoteros y palmas, papeles y telas de colores.
Claro que alimentar a todas esas personas, por varios días, no era tarea fácil, pero los vaqueros de cada finca acostumbraban a traer sus calderos y víveres, armando la cocina en cualquier esquina o zaguán.
Otra parte muy pobre del pueblo solía situar, el 24, ollas de barro en algunas áreas, o trazaban sobre la tierra un círculo donde los vecinos de los alrededores depositaban viandas, carnes o algunas monedas a fin de celebrar comidas colectivas, al igual que hacían los ganaderos.
A una hora determinada participaban en aquel sopón todos los que habían contribuido a él, acompañando la comida con aguardiente y vino de frutas.
A ese espeso caldo lo denominaban ajiaco, que es voz indígena, y se compone de carne de cerdo o de res, tasajo, pedazos de plátano, yuca, boniato y calabaza, bien cargado de zumo de limón y ají picante.
Como desde un principio el tasajo y el casabe se vincularon a esta comida montuna, y fue en Camagüey donde se mantuvo esa práctica de antaño, se considera al ajiaco un típico exponente de la cocina camagüeyana.
Cocina que cada 24 de junio retorna a sus orígenes para, en familia, con un poco de aquí y otro poco de allá, como los buenos ganaderos, degustar el delicioso plato que nos hace auténticos principeños.



¡Ay San Pedro, te fuiste, San Pedro! ¡Ay, ay, ay, San Pedro...! 
¡Oye, no te la tomes toda compadre, dame acá un trago!

Por ERNESTO R. DEL VALLE
Foto de CADENA AGRAMONTE
-¡Que ahí viene la (*)conga! ¡Vamos, vamos!! 
-¡Julia, trae la botella, vamos! ¡Coño Nicanor coge el paso que me pierdes! ¡Manuela, carga al muchacho que nos vamos arrollando! ¡Dale abuelo, coge a abuela y no se queden atrás que los arrollan.! ¡Perico, pasa la botella!
Y mujeres hombres, niños, ancianos, sin distinción de género ni de edad se volcan al ritmo febril de la tumbadora afro, tambores, cencerros, guayos y  trompetas.Ese ritmo ancestral domina, por encima de los demás patrones el San Juan Camagueyano y por supuesto el Día de San Pedro, el 29 de Junio con el que culminan cada año los festejos carnavalescos.  Este dia es de  singular celebración y de un  profundo arraigo popular y costumbrista, en la ciudad cabecera del territorio agramontino. Debe estar presente una especie de camilla construida de lo que sea, adornada con pencas, flores. y cintas de diferente colorido y encima un muñeco representando a San Pedro muerto, alusivo al final del San Juan. Es una fiesta macabra donde las lloronas dispuestas hacen su papel de manera desconsolada y el 'sepelio' que sale del Museo Ignacio Agramonte hace su recorrido año por año hasta la Avenida de la Libertad, es decir, recorre todas las principales calles y avenidas del centro citadino.
Estos festejo del día de San Pedro surgen en el Siglo XVII en el que ya colectivos danzarios y musicales de manera rústica para aquella época, hacían sus bailes y evoluciones, con ese humor criollo que lo caracteriza.
Digo que es una fiesta macabra porque se bebe y se baila alrededor del que presumiblemente ha fallecido y se encuentra adornado con pecas y lazos de colores, un monigote de tela y paja seca representativo del personaje San Pedro a quien van llorando de manera lastimosa y con gritos de dolor, mientras se baila y se bebe. Al final, el monigote termina en una pira ardiente como símbolo cultural representando el final de las fiestas, pero que vuelve a surgir, (resucita), para volver a ser quemado el próximo año en una de las primeras villas fundada por los españoles en América. Pero con la quema no se va nadie para su casa, el fiestón continúa hasta muy entrada la madrugada del día 25. Y no es difícil escuchar conversaciones como esta.
-¡Coño. Pepe, tengo un dolor en los pies, que no puedo! 
-¡Arrollaste en la conga como una loca! ¡Mira, quítate los zapatos y dale, que falta mucho pa' llegar a la casa!


(*) Conga: Ritmo bailable en 2 por 4 de origen afro y típicamente carnavalesca acompañada de textos satíricos 

2 comentarios:

  1. Duele el Carnaval de Camagüey http://supercuba.wordpress.com/2012/07/05/a-mi-tambien-me-dolio-el-carnaval/

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  2. Alberto, he leído el artículo del colega Alejandro Rodríguez y sí que duele la ocurrencia de estos hechos. La culturización del San Juan venía decayendo desde la década pasada. No hay una Comisión del Carnaval con personas como las que la dirigían em la década del 90. Ya no están, la muerte les ha pasado la cuenta. La desfachatez, la vulgaridad y toda esa enjundia de falta de valores humanos prevalecerá mientras no hayan personas capaces, cultas y de ingenio que organicen el San Juan Camagueyano. Apoyo 100% el artículo del colega. Pero una cosa sí es cierta. La esencia del San Juan Camagueyano está presente en su historia. Un fuerte abrazo.

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